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    | ¿FASE FINAL DE LA NEGOCIACIÓN O ANTESALA DE UN FRACASO?: 
Las opciones que se plantean en el estado actual de las negociaciones en la OMC. |  
   
    | por Félix PeñaJulio 2007
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    |    | Tras el fracaso de reunión del Grupo de los 4 en Potsdam, la presentación de los documentos de compromiso elaborados en relación a la agricultura y a los productos industriales (Propuestas Falconer y Stephenson, respectivamente), abre una posibilidad de que finalmente las negociaciones multilaterales en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio puedan concluir, sino este año al menos en el 2008. No existe, sin embargo, demasiado optimismo al respecto. Por el contrario, aunque exagerada, la idea de que la Rueda Doha ya ha muerto sigue instalada en muchos medios. Lo cierto es que los interrogantes existentes en cuanto a las posibilidades de concluir con éxito estas negociaciones – aún cuando produjera un resultado lejano de los objetivos ambiciosos que se plantearon en el 2001 en Doha -, torna recomendable para nuestro país – y especialmente, para sus sectores empresarios - analizar cuáles son las opciones existentes en la realidad, en el caso de un fracaso de la actual Rueda. El análisis de tales opciones, no puede dejar de lado la consideración sobre el impacto que cualquiera de ellas puede tener en el Mercosur. Tal consideración sólo puede hacerse, en una perspectiva realista, considerando simultáneamente una gama diversa de factores políticos y económicos, muchos de ellos vinculados a la evolución más reciente de las relaciones entre los países que son parte del espacio geográfico regional sudamericano. |  
   
    | El 17 de julio de este año, los Embajadores  Crawford Falconer y Don Stephenson, Presidentes de las negociaciones sobre  agricultura y sobre productos industriales (NAMA en las conocidas siglas en  inglés) en la Rueda Doha  de la   Organización Mundial del Comercio (OMC), distribuyeron en  Ginebra sus respectivos proyectos revisados de “modalidades” (ver los antecedentes  y los textos completos en español aquí;  en particular es recomendable leer la  introducción que hace Falconer a su documento).  El mismo día, Pascal Lamy, el Director General de la OMC, dio un claro respaldó a tales  textos y señaló que comenzarían a ser examinados por los 150 miembros de la  organización en la semana del 23 de julio (ver las declaraciones de Pascal Lamy  en www.wto.org/spanish/news_spres07_s/pr486_s.htm). Los conceptos principales de la declaración de  Pascal Lamy – efectuada con la precisión que lo caracteriza - colocan los dos  documentos de compromisos distribuidos en  la perspectiva de las negociaciones en curso.  Permiten, además, tener en cuenta lo que se ha avanzado y lo que falta avanzar  aún para concluir con las negociaciones.  Al respecto, cabe resaltar los siguientes puntos  que surgen de la declaración de Lamy: 
        Los textos son la resultante  de innumerables consultas con los países miembros de la OMC, para lograr  transacciones que permitan alcanzar acuerdos en relación con el comercio de  productos agropecuarios e industriales.
 
En los documentos se hacen constar los  progresos realizados hasta ahora.
 
Lograr tales transacciones es siempre  difícil, ya que ninguna delegación podrá obtener todo lo que desea. 
 
Pero esos textos son representativos de las  opiniones de los países miembros, y constituyen una base justa y razonable para  alcanzar acuerdos ambiciosos, equilibrados y orientados al desarrollo. 
 
Se trata de instrumentos de negociación que  se revisarán y ajustarán a medida que los gobiernos sigan acortando sus  diferencias.
 
Los países miembros no estarán plenamente  satisfechos con los textos. 
 
Pero lo que separa hoy a los países miembros  es menos de lo que los une.
 
Se tiene ya acumulado un impresionante  conjunto de resultados. 
 
Es indispensable que, en las próximas  semanas, los países miembros centren sus esfuerzos en superar esas diferencias  y lograr acuerdos en los dos sectores que encierran la clave del éxito de la  Ronda de Doha.
 
La Ronda de Doha, iniciada en la capital de  Qatar en 2001, comprende otras muchas negociaciones, entre ellas negociaciones  sobre comercio de servicios, comercio y medio ambiente, medidas antidumping,  subvenciones a la pesca, cuestiones específicas relacionadas con el desarrollo,  propiedad intelectual relacionada con el comercio y facilitación del comercio.
 
En los años transcurridos desde la iniciación  de la Ronda, los países miembros han acordado ya, entre otras medidas, eliminar  todas las formas de subvenciones a la exportación en el sector agrícola,  suprimir los obstáculos al comercio respecto del 97 por ciento de las  exportaciones de los países menos adelantados, reducir en mayor proporción los  aranceles más altos aplicables a los productos agrícolas y las manufacturas y  reducir las demoras en los trámites de aduana por motivos administrativos y  burocráticos. 
 
Entre las diferencias que quedan por resolver  en las negociaciones sobre la agricultura y los productos industriales (AMNA)  figuran la magnitud exacta de los recortes arancelarios, la reducción de las  subvenciones internas a la agricultura causantes de distorsión del comercio y  el grado de flexibilidad que se concederá a los países en desarrollo en la  apertura de sus mercados mayor competencia de las importaciones. Los textos distribuidos el 17 de julio son de  marcada complejidad técnica y no serán objeto de análisis en este Newsletter. Sus puntos principales han  sido suficientemente difundidos por la prensa internacional(para un análisis preliminar de los textos, ver Bridges “Weekly Trade News Digest” del ICTSD,  volume 11, number 26, 18 July 2007, en www.ictsd.org).  Ahora cada país deberá analizar en detalle lo que  las propuestas significan en relación a sus específicos intereses ofensivos y  defensivos. No hay mucho más espacio para generalidades. Es decir, deberán  afinar sus números y estimar costos y beneficios concretos, tanto en el corto  como en el largo plazo. Por cierto que ellos serán tanto comerciales como  políticos y, estos últimos, en especial en el plano interno.  El hecho que países como los Estados Unidos y la  propia Argentina, estén encarando procesos electorales presidenciales, tendrá  sin dudas una incidencia en tal evaluación de costos y beneficios.  Pero también cada país deberá examinar los  márgenes de maniobra y las opciones concretas que tienen por delante, sea en  este frente negociador de la OMC, sea en frentes complementarios o alternativos,  como los que pueden resultar de acuerdos comerciales preferenciales.  Se estima que los gobiernos y sus negociadores esperarán  hasta septiembre – tras el verano del Hemisferio Norte – para mover sus fichas.  Sería, en tal caso, el momento para la negociación final. O para constatar el  fracaso. Es por lo tanto el tiempo que deberá aprovechar la  Argentina – y en especial sus empresarios – para completar la evaluación de las  propuestas avanzadas en Ginebra. Ello debería permitir diseñar cursos de acción  alternativos que contemplen, al menos, dos escenarios: el de la conclusión  entre 2007 y 2008 de la Rueda Doha – eventualmente con objetivos menos  ambiciosos que los planteados originalmente – o el de su  prórroga por varios años, lo que  probablemente será considerado como un escenario de fracaso. Se abre entonces un período de un poco más de un  mes para que dentro del país – y con sus socios del Mercosur – el gobierno y  los sectores interesados – especialmente empresarios y organizaciones  sindicales –, puedan tener un debate profundo sobre los costos y beneficios que  para la Argentina tendría llegar a una conclusión de la Rueda Doha en los  próximos meses o durante la primera parte del 2008 o, en su defecto, sobre  cuáles serían opciones realistas en el caso de un eventual fracaso de la  negociación – o su prórroga por un tiempo prolongado -. Cabe tener presente que  en este tipo de negociaciones comerciales internacionales, costos y beneficios  pueden tener efectos en el mediano y largo plazo, traduciéndose en eventuales  desplazamiento de ventajas competitivas para empresas que operan en el país o  en efectos, a veces imperceptibles, en el comportamiento de los inversores. La ventaja de los documentos presentados es que  permiten que el debate se haga ahora en base a propuestas concretas y a la  apreciación realista de los márgenes de maniobra que existen en términos de  estrategias negociadoras.  Un aspecto central de la evaluación y del  consiguiente debate, estará referido a las excepciones y, especialmente en el  caso argentino, a las que puedan lograrse en materia de productos industriales.  Al respecto, el efecto de tales excepciones tendrá que ser integrado a la  evaluación del nivel de protección arancelaria – tanto en cuanto al arancel  consolidado como al aplicado – que resultará de lo que finalmente se acuerde,  tomando en cuenta además, los plazos en los que los resultados de la negociación  entrarían en plena vigencia.  Ello  implica un análisis por sectores e incluso a nivel de líneas arancelarias. Otro aspecto fundamental, será el de articular los  intereses del país – incluyendo los de sus sectores agrícolas,  agro-industriales e industriales – con los de sus socios del Mercosur, dado el  hecho que los cuatro socios – no así aún Venezuela -, se encuentran vinculados  por el arancel externo común en el marco de la unión aduanera. Es una  articulación que puede resultar compleja a la hora de definir sensibilidades y  excepciones, pero también a la hora de apreciar el valor de lo concedido en  agricultura por parte de los países industrializados. El caso de Venezuela es diferente, ya que aún no  se ha completado ni el proceso de su incorporación formal al Mercosur – siguen  pendientes las ratificaciones del Protocolo de Caracas por parte de Brasil y  del Paraguay , y se han exteriorizado notorias dificultades en obtener en ambos  países las necesarias aprobaciones parlamentarias -. Tampoco se ha completado  la negociación del cronograma de su incorporación a la unión aduanera y también  en este plano se observan dificultades, especialmente en el plano interno de la  propia Venezuela. Cabe destacar, en tal perspectiva, que el problema  más de fondo en relación a la  Rueda Doha  no sería tanto el que puedan fracasar o no las negaciones actuales.  El verdadero problema es que no se perciben  iniciativas orientadas a sustituir sus funciones. Esto es, a generar nuevos  mecanismos y reglas de juego que permitan cumplir tres de sus objetivos  principales:  
        acortar a  través del comercio la distancia entre incluidos y excluidos en la  globalización de la economía mundial; 
 
facilitar la  expansión de los flujos de comercio e inversiones internacionales en un marco de  mayor equilibrio en la capacidad para obtener sus eventuales beneficios, y
 
generar  disciplinas colectivas basadas en reglas de juego que puedan ser efectivamente  exigidas por todos los protagonistas, independientemente de su poder relativo.  Es un problema, por cierto, que se tornará más  evidente en el caso de un eventual fracaso, sea en septiembre, sea más  adelante. Por tener intereses globales pero baja capacidad  relativa para incidir en las reglas de juego del comercio mundial, a la  Argentina le conviene el fortalecimiento de la OMC en todas sus funciones y la  pronta conclusión de una Rueda Doha posible y razonable, al menos por sus  equilibrios.  Pero también parece conveniente que nuestra  diplomacia comercial internacional se prepare desde ya para navegar un mundo  con una Rueda Doha, o muerta o en un estado de postración prolongada y, a la  vez, a asumir con países con intereses similares – por ejemplo, los del  Mercosur y los del Grupo de los 20 -, iniciativas orientadas a desarrollar  fórmulas alternativas para lograr lo que fueron los objetivos originales de la  Rueda Doha.  Las negociaciones entre la Unión Europea y el  Mercosur, figuran en un lugar prioritario, al menos para el Mercosur,  especialmente en el caso de un fracaso de la Rueda Doha. Pero si se  las visualiza como una alternativa, el problema puede ser que, en tal ámbito,  se reproduzcan muchas de las dificultades que han trabado las negociaciones  multilaterales en la OMC  (ver al respecto, este Newsletter,  del mes de junio 2007 en www.felixpena.com.ar).  |  
   
    |  Lecturas recomendadas: 
        Auza,  Nestor Tomás, “La Misión Sarmiento en  Chile y Perú y el Congreso Americano 1864-1865”, Editorial Histórica Emilio  J.Perrot, Buenos Aires 2007.Basaldua,  Ricardo Xavier, “La Organización Mundial  del Comercio y la Regulación del Comercio Internacional”, con Prólogo de  Eduardo A.Roca, LEXIS/NEXIS, Buenos Aires 2007.Beltrâo  Koenow, Paulo Cesar, Comércio  Internacional para Concursos: 450 questôes comentadas”, Editora Vestcon,  Brasilia 2006.Council of the European Union, “EU-Brazil  Summit: Joint Statement”, Lisbon,  4 July 2007,  en   www.consilium.europa.eu. Dahrendorf,  Ralf, “En busca de un nuevo orden: una  política de la libertad para el siglo XXI”, Paidós, Estado y Sociedad 131,  Barcelona 2005.Freres,  Christian y Sanahuja, José Antonio, “Perspectivas  de las Relaciones Unión Europea-América Latina. Hacia una nueva estrategia”,  Informe preparado por encargo de la Comisión Europea, Instituto Complutense de  Estudios Internacionales – ICEI -, Madrid, 14 de noviembre de 2005.Grabendorff, Wolf and Seidelmann, Reimund (eds), “Relations between the European Union and  Latin America: Biregionalism in a Changing Global System”, Nomos,  Baden-Baden 2005.Isbelle,  Paul, “Hugo Chávez y el futuro del petróleo  venezolano”, Documento de Trabajo, 28 de marzo de 2007, Real Instituto  Elcano, Madrid 2007.Konrad  Adenauer-Stiftung, “Venezuela y el  Mercosur”, Europa-América Latina, nº 24, Análisis e Informaciones, autores  varios, Rio de Janeiro, Mayo 2007.Lehmann, Jean-Pierre, Death of  the Doha Dialogue of the Deaf – Time for a New Beginning for Global Market  Momentum and Legitimacy”, Evian Group Communiqué, en www.eviangroup.org .Menicucci  de Oliveira, Silvia, “Barreiras Nâo  Tarifarias no Comércio Internacional e Directo ao Desenvolvimento”, Renovar,  Río de Janeiro-Sâo Paulo-Recife 2005.Malamud,  Carlos y Garcìa Encina Carlota, “¿Rearme  o renovación del equipamiento militar en América Latina?”, Documento de  Trabajo, 7 de febrero de 2007, Real Instituto Elcano, Madrid 2007.Nordfström, Hâkan and Shaffer, Gregory, “Access to Justice in the World Trade Organization: The Case for a  Small Claims Procedure. A Preliminary Analysis”, Issue Paper Nº 2,  International Centre for Trade and Sustainable Development, Geneva 2007 (en www.ictsd.org). OMC,  UNCTAD, CCI, “Perfiles Arancelarios en el  mundo-2006”,  Ginebra 2007 (en www.wto.org). Pauwelyn, Joast, “Appeal  Without Remand: A Design Flaw in WTO Dispute Settlement and How to Fix it”, Issue  Paper Nº 1, International Centre for Trade and Sustainable Development, Geneva  2007 (en www.ictsd.org). Plasai, Virachai, “Compliance  and Remedies Against Non-Complaince Under the WTO System: Towards a More  Balanced Regime for All Members”, Issue Paper Nº 3, International Centre  for Trade and Sustainable Development, Geneva 2007 (en www.ictsd.org). Ventura  Deisy, “As asimetrías entre o Mercosul e  a Uniâo Européia: Os desafios de uma associaçâo inter-regional”, Editora  Manole SRL, Sâo Paulo 2003. |  
  
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    | Félix Peña es Director 
        del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director 
        de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la 
        Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité 
        Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). 
        Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar 
        trayectoria. |  
 
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