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    | LA EROSIÓN DE LAS DISCIPLINAS COLECTIVAS 
      MULTILATERALES: ¿Una resultante de la falta de adaptación del sistema OMC 
      a las nuevas realidades?
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    | por Félix PeñaOctubre 2011
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    |    | La capacidad de adaptación a nuevas realidades 
        que inciden sobre sus objetivos, funciones y razones de existencia, es 
        una de las condiciones para la vigencia, eficacia y legitimidad social 
        de un régimen internacional institucionalizado, sea éste 
        de alcance global o regional. Implica la oportuna adecuación de 
        sus reglas, instrumentos y procesos de producción normativa, a 
        los continuos cambios que se van produciendo en el contexto en el que 
        ellas operan y, en especial, en la distribución de poder entre 
        los países que son parte del respectivo sistema.
 Algunas tendencias que se están observando hacia un relajamiento 
        de las disciplinas colectivas que resultan de las reglas pactadas en la 
        OMC -y que en su mayoría provienen del período del GATT- 
        le dan actualidad a la cuestión de la adaptación del sistema 
        en su conjunto a las nuevas realidades internacionales.
 Tales tendencias son, en primer lugar, las de modalidades novedosas 
        de proteccionismo que surgen por no encontrarse en las reglas del sistema 
        el sustento para lo que se considera una necesaria defensa de intereses 
        nacionales y, en segundo lugar, la de la una creciente proliferación 
        de acuerdos comerciales preferenciales que pueden implicar en la práctica 
        la erosión del principio de no discriminación que, se sabe, 
        ha sido siempre considerado como vertebral al sistema multilateral global 
        del comercio internacional, o que pueden acentuar una peligrosa fragmentación 
        del sistema de comercio mundial, especialmente por sus contenidos "OMC 
        plus". La Octava Conferencia Ministerial a realizarse en diciembre próximo 
        en Ginebra brindaría una oportunidad para poner de manifiesto la 
        existencia de voluntad y capacidad de los países miembros para 
        adaptar la OMC a nuevas realidades mundiales que están emergiendo 
        en forma cada vez más evidentes. Dado el escepticismo que parece 
        predominar hoy sobre sus resultados, quizás sería un paso 
        adelante el que la Conferencia, al menos, permita instalar el inicio de 
        un proceso gradual orientado a encarar algunas de las cuestiones más 
        relevantes que podrían producir una erosión sistémica 
        de alcance impredecible.  |  
   
    | Hechos recientes podrían estar poniendo de manifiesto insuficiencias 
        sistémicas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) 
        para preservar disciplinas colectivas en cuestiones relevantes de las 
        políticas comerciales de sus países miembros. Tales insuficiencias 
        pueden ser peligrosas por sus potenciales efectos políticos, dado 
        el clima tóxico que está resultando de la crisis económica 
        y financiera que ha tenido, hasta ahora, su epicentro en el mundo desarrollado. Son hechos que reflejan tendencias a la erosión de las disciplinas 
        colectivas que se supone emergen de la aplicación de buena fe de 
        las reglas de la OMC y, como una resultante, a la fragmentación 
        del sistema del comercio mundial.  Dichas tendencias se observan en dos planos. El de la "auto-defensa" 
        frente a lo que se consideran nuevas modalidades de competencia comercial 
        desleal, especialmente como resultante de políticas cambiarias 
        que, al menos en la percepción de los que intentan defenderse, 
        procurarían incidir en el comercio exterior a favor del país 
        que las aplica. Y el de la proliferación de acuerdos comerciales 
        preferenciales con alcances "OMC plus", que si bien contemplados 
        por las reglas vigentes, expresan en parte una insatisfacción con 
        los avances que se han logrado a través de las negociaciones comerciales 
        multilaterales, tanto en el plano de las aperturas de mercados como en 
        el más amplio de la inclusión de cuestiones que se consideran 
        relevantes, tales como las relacionadas con la propiedad intelectual, 
        las compras gubernamentales, los servicios y las inversiones directas. Las tendencias a la fragmentación del sistema del comercio mundial 
        se basarían en las dificultades de encontrar en la OMC, el sustento 
        para desarrollar acciones que sean plenamente compatibles con sus reglas 
        y que se consideran necesarias por parte de países miembros. Operar 
        en los límites del sistema o incluso fuera de ellos, pasaría 
        a ser entonces una opción ante una falta de adaptación de 
        las reglas y de los mecanismos del sistema a las nuevas realidades. Precisamente, la capacidad de adaptación a nuevas realidades que 
        inciden sobre sus objetivos, funciones y razones de existencia, es una 
        de las condiciones para la vigencia, eficacia y legitimidad social de 
        un régimen internacional institucionalizado, sea éste de 
        alcance global o regional.  Implica la oportuna adecuación de sus reglas, instrumentos y procesos 
        de producción normativa, a los continuos cambios que se van produciendo 
        en el contexto en el que ellas operan y, en especial, en la distribución 
        de poder entre los países que son parte del respectivo sistema. 
        Ello es más necesario aún si es que, como está ocurriendo 
        en la actualidad, tales cambios son estructurales y profundos. Es decir, 
        que son aquellos que en términos históricos merecen el calificativo 
        de revolucionarios. Marcan un claro antes y después en la evolución 
        del sistema internacional. Al hacerlo, pueden tornar obsoletos conceptos, 
        paradigmas y, sobre todo, instituciones y reglas de juego. De ahí que el demostrar su capacidad para adaptarse a realidades 
        internacionales profundamente diferentes a las que le dieron origen, sea 
        quizás el principal desafío que enfrenta hoy el sistema 
        multilateral del comercio mundial, institucionalizado primero en el GATT 
        y luego en la OMC. Es que está cada vez más claro que tanto 
        el mundo de 1947 como el del 2001 son muy distintos, en muchos aspectos 
        económicos y políticos, al actual y al que se puede vislumbrar 
        -con mucha cautela por cierto- hacia el futuro inmediato y, con más 
        razón aún, al que está empezando a surgir y que quizás 
        sólo alcance su madurez en un plazo largo. El estancamiento de las negociaciones comerciales multilaterales en la 
        Rueda Doha -sin que se pueda tener claro aún si tiene un carácter 
        coyuntural o definitivo- refleja un problema de fondo que enfrenta la 
        OMC en la actualidad. Es el hecho que no se pueda lograr, en el ámbito 
        de sus mecanismos de decisión, articular posiciones compartidas 
        por todos sus miembros o, al menos, por aquellos que pudieran asegurar 
        suficiente masa crítica de poder, a fin de que lo que se decida 
        penetre en la realidad. La Octava Conferencia Ministerial a realizarse en diciembre próximo 
        en Ginebra brindaría una oportunidad para poner de manifiesto el 
        que sí existe voluntad y capacidad para adaptar la OMC a nuevas 
        realidades mundiales que están emergiendo en forma cada vez más 
        evidentes (ver 
        este Newsletter, del mes de agosto 2011).  Dado el escepticismo que parece predominar hoy sobre sus resultados, 
        quizás sería suficiente el que la próxima Conferencia 
        al menos permita instalar el inicio de un proceso gradual, orientado a 
        encarar algunas de las cuestiones más relevantes que podrían 
        producir una erosión sistémica de alcances y impredecibles. 
        Cabe recordar que la historia larga demuestra la relación estrecha 
        que siempre ha existido entre conflictos comerciales y aquellos conflictos 
        políticos que han conducido finalmente al predominio de la violencia 
        en las relaciones entre naciones. Tres son los principales requisitos a reunir para poner de manifiesto 
        la existencia de algún tipo de capacidad de adaptación de 
        la OMC a las nuevas realidades.  El primero es la existencia de un diagnóstico compartido entre 
        los países miembros sobre cuáles son las deficiencias o 
        insuficiencias más relevantes del sistema de reglas, disciplinas 
        colectivas y mecanismos de negociación de la OMC. Y sobre cómo 
        superarlas, aunque sea a través de cambios graduales, esto es, 
        una especie de metamorfosis sistémica. Encomendar un informe a 
        un grupo de expertos de alto nivel y de notoria experiencia práctica 
        en las relaciones comerciales internacionales, podría ser un paso 
        en la buena dirección. Pero ello a condición que no se repita 
        la experiencia que se viviera con el informe Sutherland, que a pesar de 
        la riqueza de su contenido nunca se produjo un seguimiento de sus conclusiones. 
        Quedaron en los archivos. Otro requisito es el que se pueda juntar suficiente energía política 
        en el conjunto de países miembros, como para que se adopten luego 
        decisiones que efectivamente permitan impulsar el proceso de la necesaria 
        adaptación sistémica. Es lo que se supone que debería 
        aportar el G20. Y el tercero es que se acierte en la eficacia de las reglas e instrumentos 
        que finalmente plasmen tales decisiones. Para ello es fundamental que 
        se incorporen efectivamente criterios de flexibilidad, de geometría 
        variable y de múltiples velocidades. En particular, parece necesario 
        a la luz de la experiencia de la propia OMC, incorporar mecanismos de 
        adaptación continua del sistema a los cambios que continuarán 
        produciéndose quizás por mucho tiempo aún.  Antes de la Ministerial de Ginebra, tendrá lugar en Cannes una 
        nueva Cumbre del G20. Teóricamente se reúne allí 
        la masa crítica de poder necesaria para tomar decisiones que reúnan 
        la triple cualidad de la efectividad, eficacia y legitimidad.  De tal Cumbre cabría esperar entonces señales nítidas 
        destinadas a fortalecer el protagonismo de la OMC como ámbito para 
        encarar, al menos, aquellas cuestiones relevantes del comercio mundial 
        puestas de manifiesto tras la exteriorización en el 2008 del actual 
        proceso de cambio estructural en la competencia económica global. 
        Entre otras, está el qué hacer con la Rueda Doha y con las 
        señales fuertes que se están manifestando hacia el desarrollo 
        de novedosas modalidades de proteccionismo, que incluso evocan la figura 
        de "guerras comerciales". Hay fuertes razones para dudar que tales señales surjan de esta 
        Cumbre del G20 o que, si surgieran, ellas sean tan poco eficaces como 
        la voluntad expresada en la primer Cumbre en Washington de concluir con 
        la Rueda Doha (la cuestión comercial no figura en el comunicado 
        final de la reunión de Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos 
        Centrales celebrada en Paris, los días 14 y 15 de octubre: ver 
        http://online.wsj.com/article/BT-CO-20111015-700968.html; 
        para una apreciación sobre el G20 ver Alan Beattie en el Financial 
        Times, 17 de octubre: "G20 ageing aristocracy stands in way of new 
        ideas").  Como se señaló más arriba, algunas tendencias que 
        se están observando hacia un relajamiento de las disciplinas colectivas 
        que resultan de las reglas pactadas en la OMC -y que en su mayoría 
        provienen del período del GATT- le dan actualidad a la cuestión 
        de la adaptación del sistema en su conjunto a las nuevas realidades 
        internacionales. Ellas son, en primer lugar, las de modalidades novedosas de proteccionismo 
        que surgen por no encontrarse en las reglas del sistema un sustento legal 
        sólido para lo que se considera una necesaria defensa de intereses 
        nacionales (ver al respecto el artículo dirigido por Vera Thorstensen, 
        así como los diferentes artículos en el último número 
        de la Revista de la FUNCEX, especialmente el Roberto Giannetti da Fonseca, 
        en ambos casos mencionados en la Sección Lecturas Recomendadas) 
        y, en segundo lugar, la de la creciente proliferación de acuerdos 
        comerciales preferenciales con contenidos "OMC plus" y que, 
        por ende, pueden implicar en la práctica la erosión del 
        principio de no discriminación que, se sabe, ha sido siempre considerado 
        como vertebral al sistema multilateral global del comercio internacional, 
        o pueden acentuar una peligrosa fragmentación del sistema de comercio 
        mundial. Hechos recientes ilustran ambas tendencias. Uno es la aprobación 
        por el Senado de los Estados Unidos de una legislación destinada, 
        entre otros objetivos, a habilitar la aplicación de medidas de 
        defensa comercial para contrarrestar los efectos distorsivos de la competencia 
        originados en la manipulación de políticas cambiarias (ver 
        su texto en http://www.govtrack.us/). 
        Por ser la más que aparente destinataria de tal legislación, 
        tal aprobación ha producido fuertes reacciones en China (ver entre 
        muchas otras publicaciones los artículos publicados por Xinhua 
        News el 13 de octubre 2011, en 
        http://xinhuanet.com/, y por el People's Daily Online, del 11 de octubre 
        2011, en http://english.peopledaily.com.cn/). 
        Si bien existen fuertes dudas que finalmente se transforme en ley, especialmente 
        con los alcances que contiene el proyecto del Senado, el hecho que esté 
        siendo impulsada pone de manifiesto el tipo de reacciones que pueden originarse 
        (ver al respecto el artículo de Businessweek del 12 de octubre 
        2011, en http://www.businessweek.com/). 
       El otro hecho es la aprobación por el Congreso de los Estados 
        Unidos de los acuerdos de libre comercio con Colombia, Corea y Panamás 
        (ver al respecto la información contenida en la página web 
        del USTR, especialmente en http://www.ustr.gov/ 
        y, entre otros el artículo publicado por Businessweek el 13 de 
        octubre, en http://www.businessweek.com/). 
        Negociados por la administración anterior, su aprobación 
        parlamentaria había quedado estancada por diferentes razones. Demandará 
        aún un cierto tiempo su entrada en vigencia. Pero en el marco del 
        estancamiento de la Rueda Doha, este hecho puede contribuir a acentuar 
        la conclusión de nuevos acuerdos de libre comercio por parte de 
        distintos miembros de la OMC. Dos relevantes están siendo negociados 
        por la Unión Europea, con la India, por un lado y por el otro, 
        con el Mercosur. En el mejor de los casos, recién se concluirían 
        el año próximo. Vinculando ambas tendencias, y en el caso de que no se observe voluntad 
        y capacidad para adaptar con prontitud las reglas de la OMC a las nuevas 
        realidades (por ejemplo, tanto en el plano de la relación entre 
        paridades cambiarias y el comercio exterior, como en el de las disciplinas 
        colectivas en materia de acuerdos comerciales preferenciales, lo que implicaría 
        un mayor desarrollo de las reglas ambiguas del artículo XXIV del 
        GATT, especialmente las de su parágrafo 8), podría contemplarse 
        la incorporación de la cuestión de las paridades cambiarias 
        en los mecanismos y reglas de defensa comercial que se incluyan en acuerdos 
        como el que están negociando la UE y el Mercosur -o eventualmente 
        en un futuro acuerdo con China-, e incluso en el marco del propio Mercosur. 
        Podrían, en tal caso, sentarse precedentes a tomar en cuenta en 
        otros acuerdos preferenciales y que sirvan para orientar el proceso de 
        adaptación de los propios mecanismos y reglas de la OMC. |  
   
    |  Lecturas recomendadas: 
        Allègre, Claude, "Peut-on Encore Sauver l'Europe", 
          Plon, Paris 2011.
Badie, Bertrand, "La Diplomatie de Connivence. Les dérives 
          oligarchiques du système international", Éditions 
          La Découverte, Paris 2011.
Devin, Guillaume, "Sociologie des relations internationales", 
          Collection Repères, Éditions La Découverte, Paris 
          2007.
Drezner, Daniel W., "All Politics is Global. Explaining International 
          Regulatory Regimes", Princeton University Press, Princeton and 
          Oxford 2008.
Eichengreen, Barry, "Globalizing Capital. A History of the International 
          Monetary Systeme", Princeton University Press, Princeton and Oxford 
          2008.
Fourest, Caroline, "La Dernière Utopie. Menaces sur l'universalisme", 
          Biblio Essais, Le Livre de Poche, Grasset, Paris 2009. 
FUNCEX, "Defesa Comercial", Revista Brasileira de Comércio 
          Exterior, RBCE-FUNCEX, Ano XXV - n° 108, julho/setembro de 2011.
Hessel, Stéphane, "Indignez vous!, Indigene Éditions, 
          Paris 2011. 
Hessel, Stéphane, "Toutes comptes faits
ou presque", 
          Libella Maren Sell, Paris 2012.
Hessel, Stéphane; Morin, Edgar, Le chemin de l'espérance", 
          Fayard, Paris 2011.
Jamet, Jean-Francois, "L'Europe peut-elle se passer d'un gouvernement 
          économique?", La documentation Française, Paris 2011.
Jay, Peter; Stewart, Michael, "Apocalypse 2000. Economic Breakdown 
          and the Suicide of Democracy 1989-2000", Sidgwick & Jackson, 
          Londo 1987.
Lehmann, Jean-Pierre, "Why the World Needs a "Post-Atlantic" 
          Charter", 16 August 2011, en http://www.fungglobalinstitute.org/. 
          
Lonsdale, Michael, "L'Amour sauvera le monde", Philippe 
          Rey, Paris 2011.
Minassian, Gaïdz (dir), "Eurasie au Coeur de la Sécurité 
          Mondiale", Éditions Autrement-Frontières, Paris 2011.
Mistral, Jacques (dir.), "Le G20 et la Nouvelle Gouvernance Économique 
          Mondial", PUF, Descartes & Cie, Paris 2011.
Pennetta, Piero, "Organizzazioni Internazionali Regionali", 
          en Enciclopedia del Diritto, Annali IV, Giuffré, Milano 2011.
Ramel, Frédéric, "Philosophie des relations internationales", 
          SciencesPo, Les Presses, Paris 2011.
SELA, "Arquitectura Institucional de la Integración en 
          América Latina y el Caribe: Nuevos Desafíos y Perspectivas", 
          Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano 
          (SELA), SP/CL/XXXVII.O/Di No. 18 -11, Caracas, Septiembre 2011, en http://www.sela.org/. 
          
Thorstensen, Vera; Marcal, Emerson; Ferraz, Lucas, "Impacts of 
          Exchange Rates on International Trade Policy Instruments: The Case of 
          Tariffs", (second draft), September 2011, en http://www.imd.org/. 
          
Valéry, Paul, "Regards sur le monde actuel", Folio 
          Essais, Gallimard, Paris 1945.
Vicién, Carmen; Pena de Ladaga, Susana; Petri, Gerardo, "Modelización 
          Económica en el Sector Agropecuario", Buenos Aires 2011.
Wollrad, Dörte; Maihold, Günther; Mols, Manfred (editores), 
          "La agenda internacional de América Latina: entre nuevas 
          y viejas alianzas", Nueva Sociedad - SWP - FES, Buenos Aires 2011.
Zakaria, Fareed, "The Post-American World - Release 2.0", 
          W.W. Norton & Company, New York -London 2008-2011.  |  
  
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    | Félix Peña es Director 
        del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director 
        de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la 
        Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité 
        Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). 
        Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar 
        trayectoria. |  
 
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