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    | ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS TRANSNACIONALES: Algunas condiciones que pueden contribuir a su desarrollo y sustentabilidad.
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    | por Félix PeñaJunio 2015
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    |    | Para un país las oportunidades implican desafíos 
        de todo tipo. Uno es saber detectarlas a tiempo, lo que implica afinar 
        la capacidad de diagnóstico. Otro es saber aprovecharlas en beneficio 
        del interés nacional y de la sociedad en su conjunto, y ello requiere 
        un esfuerzo de organización y de articulación de todos los 
        sectores involucrados.
       Uno de los efectos prácticos de los cambios que se están 
        produciendo en el escenario económico global, es el de ampliar 
        el horizonte espacial de las estrategias de inserción internacional 
        de cada país. Se está generando un cuadro de competencia 
        económica global y de redistribución del poder de las naciones, 
        que requerirá de estrategias multi-regionales dirigidas a intensificar 
        relaciones con todos los países del mundo. Algunas de las principales asignaturas pendientes en la cooperación 
        para la gobernanza económica regional en América Latina, 
        requerirán atención a la luz de hechos recientes, tales 
        como el creciente protagonismo económico de China, el replanteamiento 
        de las relaciones entre los EEUU y Cuba, y el reconocimiento por el Mercosur 
        y la Alianza del Pacífico, de la conveniencia de una estrategia 
        de convergencia en la diversidad. Se pueden mencionar por lo menos tres asignaturas pendientes en el 
        plano de la gobernanza económica regional. Una es adaptar instituciones 
        y métodos de trabajo conjunto a las nuevas realidades globales 
        y regionales. La otra es definir estrategias de negociaciones preferenciales 
        con otras regiones. Y la tercera, y quizás más importante, 
        es crear condiciones que tornen viables múltiples modalidades de 
        redes transnacionales que encadenen el desarrollo de bienes y servicios 
        competitivos a escala global. 
 La experiencia acumulada en la región, permite extraer algunas 
        conclusiones sobre condiciones que, de desarrollarse en los próximos 
        años, podrían facilitar ampliar el tejido de redes productivas 
        a escala latinoamericana. Las principales, son las siguientes: calidad 
        y densidad de la conectividad entre los espacios económicos nacionales, 
        especialmente en América del Sur; calidad de las reglas de juego 
        que aseguren el acceso a los respectivos mercados y la estabilidad de 
        condiciones para las inversiones productivas, y calidad de las estrategias 
        nacionales orientadas, tanto a promover mayor conexión, compatibilidad 
        y convergencia entre los sistemas productivos de países de la región, 
        como también a impulsar la asociación transnacional de empresas.
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    |  Detectar a tiempo las ventanas de oportunidad que se abren es relevante 
        para la inserción de un país en el comercio mundial. Lo 
        ha sido siempre. Pero lo es, sobre todo, en un contexto internacional 
        de fuerte dinámica de cambio como es el actual (para desarrollos 
        relacionados ver, entre otros, este Newsletter 
        de marzo 2015, y de de 
        agosto 2014, en www.felixpena.com.ar).  La densidad de los problemas que en lo inmediato suelen confrontar los 
        países latinoamericanos (entre otros, debilitamiento del crecimiento 
        económico; desigualdad social y pobreza; crimen organizado, violencia 
        y corrupción; insatisfacción de los ciudadanos y problemas 
        de legitimidad social; estancamiento en la movilidad social y pérdida 
        de horizontes de futuro), suele dificultar la tarea de detectar a tiempo 
        las oportunidades que van surgiendo. El corto plazo suele entonces predominar. Ello es más cierto aún cuando en una sociedad, por múltiples 
        y diferentes razones, predomina una cultura de apego al pasado. En todos 
        los órdenes de la vida el pasado suele ser reconocido y valorado. 
        Pero quedar pegado a él puede tornar difícil el detectar 
        a tiempo las oportunidades que se presentan hacia el futuro. La nostalgia 
        debilita la capacidad de visualizar nuevos horizontes. Es, por ejemplo, 
        un desafío de hoy para países que tuvieron un papel protagónico 
        en el sistema internacional de, por lo menos, las últimas seis 
        décadas y que perciben un deterioro de su poder relativo y de su 
        capacidad para generar en forma sustentable el bienestar de sus poblaciones. 
       En tal sentido, y como señalaba hace unos años la economista 
        venezolana Carlota Pérez, en una conferencia en Buenos Aires, captar 
        a tiempo los factores que inciden en desplazamientos de ventajas competitivas 
        entre las naciones, requiere el predominio de aptitudes propias de cazadores 
        de blancos móviles. Son desplazamientos que se originan, por ejemplo, 
        en cambios geopolíticos, tecnológicos y culturales, o en 
        la distribución del poder relativo entre los competidores e, incluso, 
        entre las naciones. Eventualmente, ellos pueden tornar obsoletas estrategias 
        y políticas orientadas al crecimiento y a un desarrollo económico 
        sustentable. Lo experimentaron, en su momento, países latinoamericanos 
        al intentar preservar algunas de sus estrategias industriales, especialmente 
        aquellas basadas en una sustitución de importaciones que no implicaba 
        un esfuerzo simultáneo de innovación y de desarrollo del 
        progreso técnico. Algo en la línea de lo que Fernando Fanjnzylber 
        llamaba "modernización de escaparate". Para un país -al igual que para personas, instituciones, empresas, 
        deportistas, artistas-, las oportunidades implican desafíos de 
        todo tipo. Uno de ellos es el saber detectarlas a tiempo. El otro es saber 
        cómo aprovecharlas en beneficio del interés nacional y, 
        en especial, de la sociedad en su conjunto. El primero implica afinar 
        la capacidad de diagnóstico. El segundo un fuerte esfuerzo de organización 
        y de articulación de todos los sectores involucrados, tanto en 
        el plano público como en el empresario, en el social y en el académico 
        (ver al respecto este Newsletter 
        de enero 2015).  Las anteriores son reflexiones pertinentes, tan pronto se tiene en cuenta 
        el escenario de competencia económica global que probablemente 
        confrontarán los países latinoamericanos en los próximos 
        años. Por los menos en tres planos la combinación de oportunidades 
        y desafíos estará presente. Uno es el del aumento de la 
        población mundial, especialmente en Asia, África y la propia 
        región latinoamericana y, en particular, el del crecimiento de 
        los sectores de clase media urbana. El otro es el de los continuos cambios 
        tecnológicos, con su incidencia en la producción de bienes, 
        en la prestación de servicios y, en particular, en la conectividad 
        global de países, mercados, competidores, consumidores, trabajadores 
        y ciudadanos. Y el tercero es el del impacto de los dos cambios anteriores, 
        en la gobernanza política y económica, tanto a escala global 
        como de las distintas regiones. Son planos que tendrán una fuerte 
        incidencia en valores, creencias, identidades, preferencias culturales 
        e, incluso, en el poder relativo de naciones y de regiones. Uno de los efectos prácticos de los cambios que se están 
        produciendo y se seguirán produciendo, en los tres planos antes 
        mencionados, es el de ampliar el horizonte espacial de las estrategias 
        de inserción comercial internacional de cada país de la 
        región y, por ende, de la región en su conjunto. Se está 
        generando, en tal sentido, un escenario de competencia económica 
        global y de redistribución del poder de las naciones, que requerirá 
        el desarrollo de estrategias multi-regionales y dirigidas a intensificar 
        el relacionamiento económico con todos los países y regiones 
        del mundo (ver al respecto este Newsletter 
        de enero 2013).  Obvio que la multiplicidad de opciones que ello implicará, dependerá 
        de los productos y servicios que un país pueda ofrecer al resto. 
        Un ejemplo del alcance tous azimuts de una estrategia de inserción 
        comercial internacional orientada en forma simultánea a múltiples 
        horizontes, es la de la producción de alimentos -especialmente 
        orientados a "góndolas"- y la de la prestación 
        de servicios vinculados a su producción, incluyendo la innovación 
        y distribución. Es uno de los activos que genera oportunidades 
        en países sudamericanos, tal como se refleja, entre otras, en las 
        actividades del GPS -Grupo de países productores del Sur, también 
        conocidos como los ABPU (ver en: http://grupogpps.org/en/)-. 
        En el caso de los países latinoamericanos pueden encontrarse ejemplos 
        en múltiples planos vinculados, entre otros, a la energía, 
        la producción industrial y la construcción, la creatividad, 
        los recursos naturales, el transporte.  La reciente visita del Primer Ministro de la República Popular 
        China, Li Keqiang, ilustra sobre las oportunidades y desafíos que 
        se han abierto en los últimos años para los países 
        latinoamericanos. Son oportunidades por la dimensión de la economía 
        china y por la voluntad que ha expresado el gobierno chino de incentivar 
        un salto cuantitativo, pero también cualitativo, en el futuro desarrollo 
        del comercio y de las inversiones bi-regionales. Conceptos como el de 
        la diversificación de la estructura económica y el de la 
        cooperación en la capacidad de producción, han señalizado 
        el contenido de la agenda que deberán concretar en los próximos 
        años los países latinoamericanos en su trabajo conjunto 
        con China, incluyendo su proyección a la región de Asia-Pacífico 
        y Eurasia. Y es una agenda que no se contrapone y por el contrario se 
        complementa con la que habría que desarrollar con las otras regiones, 
        en las que también China tiene una creciente presencia, tales como 
        América del Norte, Europa, los países árabes y los 
        africanos.  Entre los anuncios importantes que se han efectuado por las autoridades 
        del gobierno chino con respecto a sus relaciones con América Latina, 
        cabe destacar por su envergadura la de la creación de un Fondo 
        Especial para la Cooperación en Materia de Capacidad Productiva 
        entre China y América Latina y el Caribe. El Fondo proveerá 
        30 mil millones de dólares de financiación para apoyar los 
        proyectos de cooperación en los campos de la capacidad de producción 
        y la fabricación de equipos (ver al respecto la presentación 
        de Li 
        Keqiang en la Cumbre Empresarial China-Brasil el 20 de mayo 2015, 
        en http://www.fmprec.gov.cn/. 
        Ver asimismo los discursos de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia 
        Bárcena y del Primer Ministro Li Keqiang, en ocasión de 
        su visita a la CEPAL, en Santiago de Chile, el 25 de mayo de 2015, en 
        http://www.cepal.org/ 
        y en http://www.fmprc.gov.cn/). 
        Algunas de las principales asignaturas pendientes en la cooperación 
        para la gobernanza económica regional entre las naciones latinoamericanas, 
        requieren fuerte atención a la luz de hechos recientes, tales como 
        los que evidencian el creciente protagonismo económico de China, 
        el replanteamiento de las relaciones entre los EEUU y Cuba, y el reconocimiento 
        por parte de los países del Mercosur y de la Alianza del Pacífico 
        de la conveniencia de desarrollar una estrategia de convergencia en la 
        diversidad (sobre este último punto, ver este Newsletter 
        del mes de diciembre de 2014).   Tres parecerían ser asignaturas pendientes que se pueden mencionar 
        en el plano de la gobernanza económica regional. Una es la de adaptar 
        instituciones y métodos de trabajo conjunto a las nuevas realidades 
        económica y políticas que se han puesto en evidencia en 
        la región y en el plano global. Es algo que ha adquirido fuerte 
        notoriedad en los últimos tiempos en relación a lo que podemos 
        denominar el "aggiornamiento del Mercosur -esto es, su puesta al 
        día en cuanto a sus objetivos y metodologías-, como así 
        también de otras instituciones de cooperación regional que 
        reflejan realidades hoy muy superadas -esto es, que fueron concebidas 
        y diseñadas en un mundo que en los hechos ya no existe-.  La otra es la de definir estrategias de negociaciones comerciales preferenciales 
        con otras regiones, a la luz de lo que sea finalmente la evolución 
        de las referidas a los eventuales mega-acuerdos interregionales, tales 
        como el Transpacific Partnership (TPP) y el Trade and Investment Partnership 
        (TTIP).  Y la tercera y quizás más importante, es la de crear condiciones 
        que tornen viable el desarrollo de múltiples modalidades de redes 
        transnacionales, que permitan encadenar a nivel regional y con proyección 
        al mundo, la capacidad que los países desarrollen para producir 
        bienes y prestar servicios que sean competitivos a escala global.   ¿Qué enseña la experiencia acumulada en la región 
        en cuanto al desarrollo de encadenamientos productivos transnacionales? 
        Como se sabe, se trata de una experiencia relativamente pobre ya que las 
        cadenas productivas transnacionales, en sus muy distintas modalidades, 
        no han tenido en América Latina un desarrollo que sea comparable 
        con el de otras regiones, como por ejemplo, la del Sudeste Asiático, 
        América del Norte y Europa.  La experiencia acumulada en la región, sin embargo, permitiría 
        extraer algunas conclusiones preliminares, sobre cuáles serían 
        condiciones que de desarrollarse en los próximos años podrían 
        facilitar el que se amplíe el tejido de redes productivas transnacionales 
        en la región latinoamericana. Las tres principales condiciones a desarrollar, parecerían ser 
        las siguientes: 
        Calidad y densidad de la conectividad entre los distintos espacios 
          económicos nacionales, especialmente en América del Sur. 
          Tanto en el plano de la infraestructura física y del transporte, 
          como en el de la facilitación del comercio, es mucho lo que habrá 
          que hacer en la región a fin de tornarla realmente atractiva 
          para encadenamientos productivos orientados a producir bienes y prestar 
          servicios para la región y el mundo. Es uno de los campos en 
          que la acción conjunta con China y otros países emergentes 
          tiene más futuro. Una estrategia de acuerdos comerciales preferenciales 
          -en sus distintas modalidades y no necesariamente conforme a modelos 
          pre-establecidos, aprovechando al respecto la flexibilidad que permiten 
          las reglas de la OMC, si son bien interpretadas- con grandes países 
          y regiones -tal los casos de los EEUU y Canadá, de la UE, de 
          China y de India- puede ser más atractiva.
 
Calidad de las reglas de juego que aseguren el acceso a los respectivos 
          mercados y las condiciones en las que se desarrollen las inversiones 
          productivas. La precariedad de las reglas de juego -especialmente las 
          que se relacionan con las condiciones de acceso a los respectivos mercados, 
          tal como ha ocurrido primero en la ALALC y luego en la ALADI, como así 
          también en el Mercosur- ha sido uno de los principales factores 
          que han afectado el desarrollo de encadenamientos productivos sostenibles 
          en la región. La expresión "el mercado que me prometieron, 
          no me lo dieron", muy común en empresarios pymes y en países 
          de menor desarrollo relativo, ilustra el alcance del efecto precariedad 
          de las reglas de juego. Teniendo en cuenta la importancia de la certidumbre 
          y fluidez en el acceso y en la salida de los respectivos mercados e, 
          incluso, en la posibilidad de acumular reglas de origen, es este un 
          factor central a la hora de promover el desarrollo de redes productivas 
          regionales.
 
Calidad de las estrategias nacionales y empresarias orientadas, tanto 
          a promover mayor conexión, compatibilidad y convergencia entre 
          los sistemas productivos de países de la región, como 
          también a impulsar la asociación transnacional de empresas. 
          Este es un factor central. En un mundo de múltiples opciones, 
          que requiere la inserción por parte de las empresas en redes 
          transnacionales de producción, distribución y prestación 
          de servicios, es difícil imaginar empresas exitosas que no tengan 
          una estrategia basada en saber, con relativa precisión, que quieren 
          y que pueden obtener al asociarse con empresas de otros países, 
          recurriendo a las múltiples modalidades de articulaciones productivas 
          y cadenas de valor. Un debate sobre las condiciones antes mencionadas y otras que puedan 
        requerirse, parece fundamental a la hora de articular estrategias nacionales 
        y regionales orientadas a aprovechar oportunidades que se están 
        abriendo en el mundo para los países de la región. Es un 
        debate que es recomendable concentrarlo en cómo generar condiciones 
        que, a la vez, incentiven y brinden estabilidad para el desarrollo de 
        múltiples modalidades de encadenamientos productivos que puedan 
        desarrollarse en la región. 
 Sin perjuicio de otros instrumentos que se puedan emplear, el marco institucional 
        de la ALADI brinda algunos que pueden ser funcionales al objetivo de crear 
        algunas de las condiciones que incentiven distintas modalidades de encadenamientos 
        productivos transnacionales. Uno de ellos es el que establece la Resolución 
        ALALC/CMC n° 2 de 1980, que establece el régimen de acuerdos 
        de alcance parcial, especialmente a través de lo previsto en sus 
        artículos 7° y 10°. Sus disposiciones permitirían, 
        incluso, imaginar mecanismos creativos que generen mayor certidumbre a 
        quienes inviertan en función del desarrollo de tales encadenamientos 
        productivos, como también a quienes participen en su financiamiento.
 La ALADI es, entonces, uno de los ámbitos apropiados para avanzar 
        en el establecimiento de condiciones que permitan desarrollar encadenamientos 
        productivos entre empresas de la región (ver al respecto distintas 
        Resoluciones adoptadas desde su creación en 1980, tales como, por 
        ejemplo, la 50 (X) de 1998; la 55 (XII) del 2002; la 59 (XIII) del 2004; 
        la 62 (XIV) del 2008; la 73 (XV) del 2009, y la 79 (XVII) del 2014, en 
        http://www.aladi.org/). 
        Cabe tener en cuenta que los compromisos arancelarios preferenciales que 
        se asumen en el ámbito de la ALADI, se pueden compatibilizar con 
        la normativa de la OMC en virtud de su Cláusula de Habilitación. 
       Es, por lo demás, un ámbito para avanzar en otros elementos 
        importantes para una estrategia regional de desarrollo de encadenamientos 
        productivos transnacionales, tales como los de la acumulación de 
        origen y la facilitación del comercio. |  
   
    |  Lecturas recomendadas: 
        Bremmer, Ian, "Superpower. Three Choices for America's Role in 
          the World", Portfolio (Penguin Book), New York 2015.Breznitz, Dan; Murphree, Michael, "Run of the Queen. Government, 
          Innovation, Globalization and Economic Growth in China", Yale University 
          Press, New Haven - London 2011.
Breznitz, Dan; Zysman, John (eds.), "The Third Globalization. 
          Can Wealthy Nations Stay Rich in the Twenty-First Century?", Oxford 
          University Press, Oxford - New York 2013.
Carmody, Patricio Mateo, "Buscando Consensos al Fin del Mundo. 
          Hacia una política exterior argentina con consensos (2015-2027), 
          KAS - CARI, Buenos Aires 2015.
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          new era in economic cooperation", ECLAC, Santiago de Chile, May 
          2015, en: http://repositorio.cepal.org/.
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          y cooperación productiva: el rol de las pymes", Perspectivas 
          Económicas Interregionales, Fundación EU-LAC y CEPAL, 
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          Options and Limits", Roy, Joaquin (ed.), "A New Atlantic Community. 
          The European Union, the US and Latin America", Miami-Florida European 
          Union Center - Jean Monnet Chair and CARI, Miami FL. 2015, ps. 175 a 
          187. 
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          London - New York, 2012.
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          207. 
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Vayssiere, Pierre, "Simón Bolívar. El Sueño 
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    | Félix Peña es Director 
        del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director 
        de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la 
        Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité 
        Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). 
        Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar 
        trayectoria. |  
 
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