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    | INSERCIÓN COMERCIAL INTERNACIONAL 
      DE AMÉRICA LATINA Cuestiones relevantes para diseñar la agenda estratégica regional 
      del 2016.
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    | por Félix PeñaNoviembre 2015
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    |    | En un mundo en profunda transformación se observan 
        cuestiones que pueden adquirir una relevancia especial en el año 
        2016. Tienen, un alcance geopolítico y geoeconómico y, por 
        razones obvias, también comercial. Y ello es así, por ser 
        ellas resultante de tendencias a la fractura y a la fragmentación 
        sistémica, tanto en el plano de los enfoques como en el de las 
        acciones concretas, sean globales, inter-regionales o regionales. Pero 
        también son cuestiones que pueden favorecer tendencias a la cooperación 
        y al trabajo conjunto en múltiples planos, más allá 
        de las naturales diferencias, divergencias y asimetrías, que caracterizan 
        a los países de la región latinoamericana y a sus relaciones 
        recíprocas.
       Una primera cuestión se refiere a la consolidación 
        -o, eventualmente, fracaso- del proceso iniciado con el anuncio del restablecimiento 
        de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los EEUU. Una segunda 
        cuestión se refiere a la gobernanza económica en el plano 
        global y en el interregional. Ofrece la posibilidad de muchos desdoblamientos. 
        Uno que ha adquirido actualidad y relevancia, es el que se refiere a quien 
        o quienes están en condiciones de incidir en la definición 
        de las futuras reglas del juego de la competencia por los mercados del 
        mundo, sean ellas multilaterales y globales, o inter-regionales e incluso 
        regionales. Y la tercera cuestión se refiere al desarrollo de la 
        convergencia en la diversidad, como idea estratégica de alcance 
        regional, planteada en su momento por el gobierno de Chile, como forma 
        de superar la tendencia hacia una confrontación de dos Américas 
        Latinas, identificadas simbólicamente como la del Atlántico 
        y la del Pacífico.
       Las tres cuestiones mencionadas podrían contribuir, 
        si son bien encaradas, a facilitar la renovación de planteos negociadores 
        de países latinoamericanos, al menos en el frente de las relaciones 
        comerciales internacionales. La disminución de factores emocionales 
        y su consiguiente impacto en la reducción de concepciones ideológicas 
        de las negociaciones y de sus resultados, podrían eventualmente 
        conducir -suponiendo liderazgo político y propuestas técnicas 
        sólidas- a crear condiciones para que la región encare simultáneamente 
        negociaciones comerciales preferenciales -consistentes con las reglas 
        de la OMC, si ellas son bien entendidas con la perspectiva de las "ambigüedades 
        constructivas" del GATT- con al menos tres grandes espacios geográficos 
        regionales relevantes para América Latina, como son los EEUU, la 
        UE y China. En ellas los países latinoamericanos deberían 
        actuar en función de sus visiones de lo que tendría que 
        caracterizar la competencia económica global del futuro, incluyendo 
        un marco multilateral global que sea funcional al desarrollo económico 
        y social de todos los países.
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    |  Estar en condiciones de desarrollar una estrategia asertiva y eficaz 
        para su inserción en la competencia económica y política 
        internacional, será algo relevante en la agenda regional de los 
        países latinoamericanos para el próximo año. Ello 
        implica desarrollar esfuerzos conjuntos en el plano del diagnóstico 
        y de la articulación de acciones concretas, sea de alcance regional, 
        inter-regional o global. El fortalecimiento de una red regional de inteligencia 
        competitiva debería ser una de las prioridades del 2016. En un mundo en profunda transformación, se observan algunas cuestiones 
        que pueden adquirir una relevancia especial en el año 2016. Son 
        cuestiones que tienen a la vez, un alcance geopolítico y geoeconómico 
        y, por razones obvias, también comercial. Y ello es así 
        por ser ellas, la resultante de tendencias a la fractura y a la fragmentación 
        sistémica, tanto en el plano de los enfoques como en el de las 
        acciones concretas, globales, inter-regionales o regionales. Pero también 
        son cuestiones que pueden favorecer tendencias a la cooperación 
        y al trabajo conjunto en múltiples planos, más allá 
        de las naturales diferencias, divergencias y asimetrías, que se 
        observan en los países latinoamericanos y que inciden en sus relaciones 
        recíprocas. Si algo caracteriza estas cuestiones relevantes, es el de tener un alcance 
        que potencia el factor emocional en las relaciones internacionales. Es 
        decir que pueden despertar pasiones, que a veces se expresan en enfoques 
        ideológicos. En una época en la que se observa una creciente 
        inclinación a lo que Dominique Moïsi denominara la geopolítica 
        de las emociones (ver su libro "La geopolítica de las emociones", 
        Grupo Editorial Norma, Bogotá 2009), en el plano global el comportamiento 
        de muchas naciones empieza a estar dominado por las culturas del miedo, 
        la humillación y la esperanza (sobre la humillación como 
        factor reemergente y relevante en las relaciones internacionales contemporáneas, 
        ver Bertrand Badie, "Le Temps des Humiliés. Pathologie des 
        Relations Internationales", Odile Jacob, Paris 2014). Y, en especial, 
        las emociones penetran nuevamente el debate interno en muchas naciones 
        sobre el mundo que las rodea. Las emociones inciden entonces en la definición 
        de adversarios y amigos, dificultando así un análisis más 
        racional y equilibrado de opciones para la inserción internacional 
        de un país o de una región.  Precisamente una primera cuestión está vinculada a una 
        relación bilateral que tuvo una profunda incidencia en la política 
        interamericana y en la interna de países latinoamericanos. Es una 
        relación que en su momento generó toxinas emocionales e 
        ideológicas en el debate político de varios de los países 
        y de la región en su conjunto. Es la que se refiere a una consolidación 
        -o, eventual fracaso- del proceso iniciado con el anuncio del restablecimiento 
        de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos 
        (sobre el histórico paso dado por los dos gobiernos el 17 de diciembre 
        de 2014, ver http://internacional.elpais.com/). 
        Diversos otros pasos han sido dados desde entonces, incluyendo la reapertura 
        de las dos embajadas y, más recientemente, visitas a La Habana 
        de altos funcionarios del gobierno de los EEUU como, este 13 de noviembre, 
        la del Secretario de Agricultura, Thomas Vilsack, quien señaló 
        a la agricultura como uno de los puentes a desarrollar entre los dos países 
        (ver http://www.martinoticias.com/). 
       Son muchos los obstáculos aún pendientes y los puentes 
        a establecer en esta nueva relación bilateral, si es que se aspira 
        a consolidarla. Pero lo importante a tener en cuenta es el efecto que 
        tal relación podría tener en el abordaje de otras cuestiones 
        relevantes para la región, tales como y entre otras, las negociaciones 
        de paz en Colombia y las relaciones de este país con Venezuela, 
        incluyendo, por cierto, la propia evolución política venezolana. El resto de América Latina no sólo se beneficia con la 
        nueva era de esta relación bilateral, pero además puede 
        cumplir un papel relevante en su consolidación. Establecer puentes 
        sólidos que acentúen la vinculación de Cuba con otros 
        países de la región y del mundo, puede ser algo que contribuya 
        a su inserción internacional multipolar, evitándose así 
        el espectro de un retorno a relaciones asimétricas y excluyentes 
        con una gran potencia (antes España, luego los EEUU y, finalmente, 
        la URSS). Y en muchas cuestiones, países de la región actuando 
        en conjunto con otros países con capacidad de incidir en el desarrollo 
        económico cubano, tales como, entre otros, los de la UE, Canadá 
        y China, pueden efectuar aportes valiosos.  Fue ese precisamente uno de los temas que se analizó en el Seminario 
        realizado este 4 de noviembre en Hamburgo, sobre las relaciones triangulares 
        entre la Unión Europea, América Latina y el Caribe, y Cuba 
        (http://eulacfoundation.org/), 
        convocado por la Fundación EU-LAC, GIGA y la CAF. Son relaciones 
        triangulares que no excluyen otras en las que se insertan cada una de 
        las tres regiones. En cierta forma, el mundo de regiones relativamente 
        institucionalizadas, tiende a ser percibido cada vez más, como 
        una red de triángulos inter-regionales superpuestos. A fin de ir 
        desarrollándose, el triángulo EU-ALC-China requiere de un 
        enfoque de crecimiento gradual -metodología de bola de nieve- que 
        comience por proyectos concretos de alto valor simbólico y de fuerte 
        potencial económico, político o cultural. En tal sentido, la revalorización de La Habana vieja preservando 
        sus características socio-culturales -un verdadera joya del urbanismo 
        y de la cultura latinoamericana (ver al respecto la nota "La nueva 
        Cuba está en La Habana Vieja", en "El País", 
        12-06-2015, en http://internacional.elpais.com/)- 
        podría ser, entre muchos otros vinculados al desarrollo económico 
        y social de Cuba, un plano en el cuál países que conforman 
        este potencial triángulo están en condiciones, incluso óptimas, 
        para sumar esfuerzos en una cooperación eficaz con Cuba. Organismos 
        regionales, tales como la CAF-Banco Latinoamericano de Desarrollo, que 
        ya está operando en relación a Cuba o, en el plano de la 
        cooperación productiva y comercial, la ALADI, junto con la CEPAL, 
        como también la CELAC, el SELA y la SEGIB, podrían tener 
        hoy un papel protagónico sumamente útil para impulsar acciones 
        como algunas de las mencionadas en el Seminario de Hamburgo. Una segunda cuestión se refiere a la gobernanza económica, 
        tanto global como interregional. Es una cuestión que permite muchos 
        desdoblamientos. Uno que ha adquirido actualidad y relevancia, es el que 
        se refiere a quien o quienes están en condiciones de incidir en 
        la definición de las futuras reglas del juego de la competencia 
        por los mercados del mundo, sean ellas multilaterales y globales, o inter-regionales 
        e incluso regionales.  Tres frentes negociadores actuales ilustran esa cuestión. Uno 
        es el de la OMC y su próxima Conferencia Ministerial en Nairobi. 
        ¿Se decidirá allí, tal como se ha planteado por algunos 
        países, dar por terminada la Rueda Doha, sin definir antes una 
        alternativa para negociaciones comerciales globales, que sea aceptable 
        para todos los países miembros?  Ello está vinculado al segundo frente negociador. Esto es, a lo 
        que ocurra finalmente con el recientemente concluido proceso negociador 
        del Trans-Pacific Partnership (TPP). Si finalmente entrara en vigencia 
        el acuerdo, podría ser considerado como una base para definir reglas 
        futuras del comercio internacional. Al menos así ha sido planteado 
        por especialistas de prestigio, entre otros el profesor Richard Baldwin. 
        Si bien las negociaciones del TPP -al igual que otras negociaciones comerciales 
        regionales e inter-regionales- no se habrían caracterizado por 
        su transparencia, el texto completo del acuerdo, incluyendo sus diversos 
        anexos, ahora está disponible (ver http://www.acuerdoscomerciales.gob.pe/). 
        Por lo demás al anunciar la publicación del texto completo, 
        el propio Presidente Obama reconoció que el saber quien define 
        las reglas del futuro del comercio internacional, es una cuestión 
        relevante. Concretamente dijo que si EEUU no definía las reglas, 
        al menos con respecto al Asia, lo haría China (ver el texto de 
        su declaración del 6 de noviembre, en https://www.whitehouse.gov/). 
        ¿Reconoció así una dimensión geopolítica 
        del TPP? El otro frente negociador se refiere al cambio climático. ¿Tendrá 
        la Conferencia de París, este mes de diciembre, una suerte similar 
        a la que tuvo en su momento la anterior Conferencia de Copenhague? La 
        conocida como COP16/CMP6, es un caso notorio de la dificultad de definir 
        reglas de juego en la nueva etapa del sistema internacional -¿la 
        G0 de Ian Bremmer?-, caracterizada por el hecho que no sea fácil 
        saber cuántos países deben sentarse en la mesa de negociaciones 
        internacionales a fin de generar reglas que sean efectivas, eficaces y 
        legítimas (ver al respecto nuestro Newsletter 
        de mayo 2012). De allí las incertidumbres que rodean ahora 
        el resultado final de la Conferencia de Paris e, incluso, sobre cuál 
        sería el efecto legal concreto de las reglas que se aprueben. Y la tercera cuestión se refiere al desarrollo de la convergencia 
        en la diversidad, como idea estratégica de alcance regional, planteada 
        en su momento por el gobierno de Chile, a fin de superar la tendencia 
        hacia una confrontación de dos Américas Latinas, identificadas 
        simbólicamente como la del Atlántico y la del Pacífico. 
        En su lugar, se señaló que lo razonable era buscar diversos 
        vasos comunicantes entre los países del Mercosur y los países 
        de la Alianza del Pacífico, en distintos planos como, por ejemplo, 
        los de la conectividad física, la articulación productiva, 
        la innovación tecnológica, la preservación del medio 
        ambiente y los intercambios académicos.  En ocasión de una reunión a nivel ministerial y con participación 
        de sectores no gubernamentales, realizada en noviembre de 2014 en Santiago 
        de Chile, se dejó en claro que ello no suponía integrar 
        o fusionar los dos principales acuerdos de la región, incluyendo 
        además los de Centroamérica y el Caribe. Y como señaláramos 
        en su momento: "¿Convergencia o confrontación? Son 
        dos opciones que evoca la relación entre el Mercosur y la Alianza 
        del Pacífico. Elegir entre una u otra trasciende el plano de lo 
        económico y de lo comercial. Penetra hondo en el plano político, 
        ya que tiene mucho que ver con la gobernabilidad regional y con la prevalencia 
        de un clima de armonía funcional a la democracia y al desarrollo 
        económico-social en los países miembros. (ver al respecto 
        nuestro newsletter 
        del mes de diciembre 2014, en http://www.felixpena.com.ar/).  Pasado un tiempo de su lanzamiento, la mencionada es una idea estratégica 
        que preserva toda su vigencia y validez para la región latinoamericana. 
        Es incluso una idea estratégica, que puede ser útil en otras 
        regiones y en el mismo plano global, ante las fuertes diversidades y asimetrías 
        que caracteriza al mundo actual. Quizás no se logró mantener 
        el impulso que había logrado obtener en la mencionada reunión 
        de noviembre del 2014. Y lo concreto es que no se plasmaron los enfoques 
        debatidos, en lo que debería haber sido una hoja de ruta colocada, 
        por ejemplo, en el ámbito de la acción conjunta de un triángulo 
        de instituciones regionales, tales como la CAF, la CEPAL y la ALADI. Distintos 
        factores parecen haber incidido en ello, incluyendo antiguos conflictos 
        bilaterales. Lo que sí parecería recomendable es que en la agenda 2016, 
        tal idea estratégica retome el impulso inicial. Es algo que podría 
        contribuir a desmantelar tendencias a la fragmentación de la región, 
        alimentadas por visiones ideológicas contrapuestas, sobre cómo 
        insertarse en la competencia económica global y sobre cómo 
        contribuir a la necesaria gobernanza global. Visiones contrapuestas que 
        abrirían la puerta a nuevos clivajes emocionales que tornarían 
        difícil todo esfuerzo orientado a la gobernanza regional, con la 
        consiguiente repercusión en la política interna de algunos 
        de los países con culturas más inclinadas a la geopolítica 
        de las emociones. No parecería ser un escenario recomendable. Las tres cuestiones mencionadas, podrían contribuir, si son bien 
        encaradas, a facilitar la renovación de planteos negociadores de 
        los países de la región latinoamericana, al menos en el 
        frente de las relaciones comerciales internacionales. La disminución 
        de los factores emocionales y su consiguiente impacto en la reducción 
        de concepciones ideológicas de las negociaciones y de sus resultados, 
        podrían eventualmente conducir -suponiendo liderazgo político 
        y propuestas técnicas sólidas- a crear condiciones para 
        que la región encare simultáneamente negociaciones comerciales 
        preferenciales -funcionales a sus intereses y consistentes con las reglas 
        de la OMC, si ellas son bien entendidas con la perspectiva de las "ambigüedades 
        constructivas"- con al menos tres otros grandes espacios geográficos 
        regionales relevantes para América Latina, como son los EEUU, la 
        UE y China. En tales negociaciones los países latinoamericanos 
        deberían actuar en función de sus propias visiones de lo 
        que tendría que caracterizar la competencia económica global 
        del futuro, incluyendo un marco multilateral global de la OMC, que sea 
        funcional al desarrollo económico y social de todos los países. |  
   
    |  Lecturas recomendadas: 
        ADBInstitute, "Integrating SMEs Into Global Value Chains. Challenges 
          and Policy Actions in Asia", ADBInstitute, Asian Development Bank, 
          Manila 2015, en: http://www.adb.org/. 
          
Austin, Greg, "No easy solution in US-China cyber security", 
          EastAsiaForum, October 2, 2015, en http://www.eastasiaforum.org/. 
          
CEPAL, "Panorama de la Inserción Internacional de América 
          Latina y el Caribe. La crisis del comercio regional: diagnóstico 
          y perspectivas", CEPAL, Santiago de Chile, octubre 2015, en http://repositorio.cepal.org/. 
          
Drezner, Daniel W. (editor), "Avoiding Trivia. The Role of Strategic 
          Planning in American Foreign Policy", Brooking Institutions Press, 
          Washington D.C., 2009.
Drezner, Daniel W. "The System Worked. How the World Stopped 
          another Great Depression", Oxford University Press, New York 2014.
Esteban, Mario (coordinador), "China en América Latina: 
          repercusiones para España", Real Instituto Elcano, Documento 
          de Trabajo 3/2015, Madrid 2015, en http://www.realinstitutoelcano.org/. 
          
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          Influence of Foreign Direct Investment, Intrafirm Trading, and Currency 
          Undervaluation on US Firm Trade Disputes", Peterson Institute for 
          International Economics, Working Paper Series, Washington DC., September 
          2015, en https://www.piie.com/. 
          
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          or Rule-Takers. Exploring the Transatlantic Trade and Investment Partnership", 
          Center for Transatlantic Relations CTR) and Centre for European Policy 
          Studies (CEPS), Washington D.C. and Brussels 2015. 
Hees, Felipe (organizador), "O Comércio Internacional 
          no Século XXI. Limites e Desafíos para a Defesa Comercial", 
          Editora Singular, São Paulo 2015.
Hufbauer, Gary; Jung, Eujin; Miner, Sean; Moran, Tyler; Schott, Jeffrey, 
          "From Drift to Deals: Advancing the WTO Agenda", Peterson 
          Institute for International Economics, Peterson Institute Report, commissioned 
          by the ICC 
          World Trade Agenda, Washington DC., June 2015, en http://www.iccwbo.org/. 
          
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          do Brasil no Século XXI", Editora Intrínseca, Rio 
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Patrouilleau, Rubén Dario; Kozel, Andrés; Lacoste, Carlos, 
          "Un nudo en el foco. Vigilancia prospectiva del Sistema Agroalimentario 
          Argentino 2015", INTA Ediciones, Colección Divulgación, 
          Buenos Aires 2015.
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          De la influencia europea a la construcción de una identidad", 
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          n° 39, septiembre 2015, ps. 86 a 91.
Peña, Félix, "Prioridades do Mercosul para um futuro 
          de credibilidade", ICTSD, Pontes, Vol.11, Número 8, Geneva, 
          Outubro 2015, p. 4 a 6, en http://www.ictsd.org/. 
          
Perrotti, Daniel E., "La República Popular China y América 
          Latina: impacto del crecimiento económico chino en las exportaciones 
          latinoamericanas", Revista de la CEPAL116, Santiago de Chile, Agosto 
          2015, páginas 47-60, en http://repositorio.cepal.org/. 
          
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          policies: Recent Patterns of Protection and Liberalization", WTO, 
          Economic Research and Statistic Division, Staff Working Paper ERSD-2015-08, 
          Geneva, October 2015, en https://www.wto.org/. 
          
Sapiro, Miriam, "Transatlantic Trade and investment negotiations: 
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          DC., October 2015, en http://www.brookings.edu/. 
          
Sevares, Julio, "China. Un socio imperial para Argentina y América 
          Latina", EDHASA, Buenos Aires 2015.
Tokatlian, Juan Gabriel, "Recalibrar la política exterior", 
          Diario "La Nación", 19 de octubre 2015, en http://www.lanacion.com.ar/. 
          
Viegas Filho, José, "Diplomacia do Brasil. De Tordesilhas 
          aos Nossos Dias", Editora Forum, Belo Horizonte 2015.  |  
   
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    | Félix Peña es Director 
        del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director 
        de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la 
        Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité 
        Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). 
        Miembro del Brains Trust del Evian Group. Ampliar 
        trayectoria. |  
 
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