| El Centro Internacional para Arreglo de Disputas 
      sobre Inversiones (Ciadi) cumplió cuarenta años. Es parte 
      del Grupo Banco Mundial. Tiene 142 miembros. Casi igual que la Organización 
      Mundial del Comercio. La Argentina se incorporó en 1994, luego de 
      que el Congreso aprobó la Convención de Washington. Su objetivo es brindar facilidades para resolver controversias sobre 
        inversiones internacionales entre inversores y Estados. A tal efecto se 
        prevén dos medios: la conciliación, muy poco utilizada, 
        y el arbitraje. No es el Ciadi quien concilia o arbitra. Lo hacen paneles 
        constituidos en su ámbito con acuerdo explícito de las partes 
        en disputa y con las reglas del Centro. En cuarenta años se concluyeron 94 disputas en el Ciadi. El número 
        de casos crece. Como señala Roberto Dañino -el ex primer 
        ministro del Perú que es su secretario general-, en diez años 
        se pasó de 5 casos pendientes por un valor de 15 millones de dólares, 
        a los 95 de hoy por unos u$s 25.000 millones. La Argentina tiene 36 casos pendientes en el Ciadi. La mayoría 
        se origina en disputas con inversores tras las medidas económicas 
        de 2002. Si todos resultaran desfavorables, el contribuyente argentino 
        podría tener que pagar en los próximos años unos 
        u$s 10.000 millones. La cifra depende de los resultados de cada caso. 
        No siempre un inversor gana, ni obtiene el valor total de lo demandado. Si no existiera el Ciadi, esos casos de todas formas hubieran sido planteados 
        en otros tribunales arbitrales. Es que en realidad, la aceptación 
        por el Estado argentino de que una disputa con un inversor extranjero 
        pueda ser resuelta en un tribunal arbitral internacional, proviene de 
        acuerdos bilaterales de inversión firmados con unos 50 países, 
        en su mayoría aprobados por el Congreso. Se sabe que un acuerdo internacional sólo puede tener vigencia 
        si es aprobado por el Poder Legislativo. En Brasil, el Congreso no aprobó 
        los acuerdos firmados por el Ejecutivo. El Congreso del Uruguay tiene 
        a su consideración un acuerdo bilateral de inversión con 
        los Estados Unidos. Su aprobación no está aún asegurada. Hacia el futuro, el Ciadi enfrenta desafíos. Algunos de eficacia 
        por el sensible aumento de casos. Otros de legitimidad por algunos cuestionamientos 
        a sus procedimientos, por ejemplo, en materia de transparencia.  Su principal desafío será adaptarse a nuevas realidades 
        de la inversión internacional. Los flujos de inversión han 
        aumentado considerablemente. A diferencia del pasado, hoy las inversiones internacionales se originan 
        también en grandes economías emergentes. Incluso en la Argentina. 
        Es una tendencia que se acentuará en el futuro. La lideran países 
        como China, India, México, Brasil y Chile. Los acuerdos bilaterales de inversión -establecen reglas sustantivas 
        que luego pueden ser objeto de disputas y abren el acceso a mecanismos 
        de solución de controversias como los del Ciadi, entre otros-, 
        se han multiplicado. Existen hoy más de 2.000. Muchos son de nueva 
        generación, esto es, tienen enfoques y métodos novedosos. 
        Especialmente los que son parte de acuerdos de libre comercio como los 
        que EE.UU. ha concluido recientemente, prevén procedimientos más 
        rigurosos para lo que se denomina el período de enfriamiento de 
        una controversia. El objetivo es asegurar que el arbitraje sea una última 
        instancia, sólo utilizable cuando se han agotado procedimientos 
        como las consultas, negociaciones y, eventualmente, la mediación 
        y la conciliación. Además tienden, entre otras mejoras, a asegurar la transparencia 
        en los procedimientos y la rigurosidad en la selección de los árbitros. 
        Incluso uno, el concluido entre EE.UU. y Australia, no permite un acceso 
        automático del inversor al mecanismo de solución de controversias. 
       La diplomacia económica de nuestro país -tanto gubernamental, 
        como empresaria o académica, que son modalidades practicadas por 
        otros países- también enfrenta desafíos en relación 
        a la solución de eventuales controversias con inversores externos. En primer lugar, lograr que los actuales casos concluyan en la forma 
        más favorable al país. Ello implica contar con asesores 
        legales fogueados en la materia y mantener abiertos todos los canales 
        negociadores. En segundo lugar, capitalizar la experiencia acumulada, sea a través 
        de la renegociación de acuerdos bilaterales de inversión 
        a fin de adaptarlos a metodologías de nueva generación, 
        sea participando activamente en la futura adaptación del Ciadi 
        a cambios en los requerimientos de protección de inversiones internacionales. Debe trabajarse, asimismo, con el supuesto que en los próximos 
        años, habrá un número creciente de empresas argentinas 
        con inversiones en múltiples países. En tercer lugar, impulsar 
        la formación de profesionales especializados en la materia, así 
        como lo hace, por ejemplo, Brasil en relación a la capacitación 
        de expertos en negociaciones y solución de controversias en el 
        ámbito de la OMC. |