|  ¿Es que la ampliación del Mercosur, con la adhesión 
        de Venezuela, podrá tener efectos sobre su identidad, eficacia 
        y atractividad como proceso de integración profunda? Puede ser una pregunta más relevante aún, si otros países 
        latinoamericanos se incorporaran como miembros plenos del Mercosur.   Para responder, se precisarán primero hechos relacionados con 
        la ampliación del Mercosur y con sus impactos. Luego, se examinarán 
        posibles efectos de la incorporación de Venezuela sobre la identidad, 
        eficacia y atractividad del Mercosur.  La ampliación del Mercosur y sus impactos Desde su inicio, el Mercosur dejó abierta la puerta a la adhesión 
        de otros países. Esto es, a su incorporación como socios 
        plenos. Debían ser miembros de la Asociación Latinoamericana 
        de Integración (ALADI). El artículo 20 del Tratado de Asunción 
        (1991) así lo previó.  Asimismo, el Mercosur celebró acuerdos de asociación con 
        países de la ALADI, comenzando por Chile y luego Bolivia. Son acuerdos 
        de complementación económica con compromisos de liberación 
        comercial. El asociado tiene un status distinto al del miembro pleno. 
        Le permite participar de las Cumbres del Mercosur. Incluso, una Declaración 
        Conjunta de los Presidentes de miembros plenos y de asociados, se firma 
        por separado a la de los miembros plenos. Venezuela ha sido el primer país de la ALADI que activó 
        la posibilidad de solicitar la adhesión como miembro pleno del 
        Mercosur. Un detonante fue la decisión del Presidente Chávez 
        de desvincular su país de la Comunidad Andina de Naciones.  El proceso de adhesión se desarrolló con una rapidez superior 
        a la imaginada. Culminó en Caracas, el 4 de julio pasado con la 
        firma del Protocolo de Adhesión. En cuanto a los impactos de la incorporación de Venezuela al Mercosur 
        ellos pueden, en una primera aproximación tentativa, desdoblarse 
        en varios planos.El primero es el político internacional. El impacto ha sido notorio, 
        especialmente en ocasión de la Cumbre de Córdoba los días 
        20 y 21 de julio (ver los textos aprobados en www.mercosur.int), con la 
        presencia de ocho Jefes de Estados, los cinco del Mercosur, más 
        los de Bolivia y Chile, países asociados, y la de Fidel Castro 
        como invitado especial. La triple presencia de Hugo Chávez, Evo 
        Morales y Fidel Castro, le dió a la reunión relevancia en 
        la prensa, especialmente en la región. También puso en evidencia 
        la importancia política que los países del Mercosur - especialmente 
        Argentina y Brasil - le atribuyen a desarrollos actuales y posibles en 
        el escenario político latinoamericano. Por lo demás, el 
        hecho que Venezuela sea miembro del Mercosur, puede implicar que sus socios 
        estén importando algunos aspectos de su imagen externa. Ello puede 
        tener efectos, aún dificiles de precisar, especialmente en las 
        relaciones del Mercosur ampliado con los EEUU, tanto en el plano de eventuales 
        negociaciones comerciales internacionales , como en el abordaje de cuestiones 
        sensibles que puedan resultar, por ejemplo, del fin período de 
        Fidel Castro en Cuba.. No queda claro aún cuál podría 
        ser el impacto en la negociación Mercosur-UE.
 El segundo es el plano político interno de cada socio del Mercosur. 
        Si bien no se observan cuestionamientos significativos al ingreso de Venezuela 
        como país, sí se han producido reacciones relacionadas con 
        las apreciaciones diferenciadas que existen en cada país con respecto, 
        en particular, a la política externa del gobierno de Chavez y al 
        real alcance de su convicción democrática. 
 El tercero es el legal. Venezuela no es aún miembro pleno del 
        Mercosur. Sólo lo será cuando el Protocolo de Adhesión 
        entre en vigencia. 
 Y el cuarto es el comercial. Según el Protocolo de Adhesión, 
        Venezuela no estaría plenamente integrada a la unión aduanera 
        hasta el 2014 y falta ver cómo se tratarán los sectores 
        sensibles. Es una cuestión que aún no ha sido negociada. Sin duda también que en las relaciones de Venezuela con el Mercosur, 
        la cuestión energética es importante, dada su riqueza en 
        hidrocarburos. Sin embargo, su abordaje no necesariamente hubiera requerido 
        su incorporación plena al Mercosur.  Identidad, eficacia y relevancia del Mercosur Es posible que en tres planos se observen en adelante efectos de la incorporación 
        de Venezuela al Mercosur. Tales efectos plantearán dilemas por 
        momentos difíciles de resolver por sus socios. Incluso ellos podrían 
        acentuarse si otros países latinoamericanos se incorporaran como 
        miembros plenos. Por el momento el único mencionado es Bolivia 
        - miembro asociado y, a su vez, socio de la Comunidad Andina de Naciones 
        (www.comunidadandina.org). En el caso de México, lo que se ha planteado 
        es su posible vinculación como miembro asociado. El primer plano es el de la identidad. Tras la adhesión de Venezuela 
        cobra mayor vigencia la pregunta sobre qué es exactamente el Mercosur. 
        Entre otros factores, el alto perfil político internacional de 
        Chávez y la distancia entre Caracas y otras ciudades venezolanas, 
        con respecto a los grandes centros de producción y consumo que 
        son el núcleo duro económico principal del Mercosur desde 
        su fundación , puede contribuir a acentuar dificultades de identidad 
        que se observen en el Mercosur en los próximos tiempos. ¿Qué es entonces el Mercosur?: ¿un proyecto político, 
        arraigado en valores democráticos y de cohesión social, 
        con un contenido económico en la dirección estratégica 
        planteada por el Tratado de Asunción - esto es, un mercado común 
        que se construye a partir de una unión aduanera con fuerte contenido 
        de transformación productiva conjunta, que potencie la capacidad 
        para competir y negociar en el plano internacional en base al interés 
        nacional convergente de sus países miembros -?, o ¿un proyecto 
        político en el que lo económico y comercial esté 
        subordinado a objetivos más genéricos - por ejemplo los 
        de una identidad sudamericana -, que para algunos de sus socios pudiera 
        tener, incluso, el sentido de afirmación de intereses en muchos 
        aspectos confrontados con los de EEUU?, o ¿un proyecto de integración 
        de mercados centrado en su dimensión comercial -una especie de 
        zona de libre comercio encubierta -, sin perjuicio de sus impactos en 
        el plano de las respectivas políticas externas e internas? Lo que ha quedado claro tras la Cumbre de Córdoba - pero en realidad 
        ya lo estaba antes - es que el Mercosur no podría tener una identidad 
        sólo basada en la suma de esfuerzos en el plano comercial. En cuanto 
        a las dos primeras opciones, si bien se observa una fuerte tendencia por 
        la primera en los socios fundacionales, será preciso decantar en 
        los próximos tiempos, a través de hechos concretos, el que 
        tal sea la identidad del Mercosur tanto en el plano interno de cada uno 
        de los socios como en el de su proyección internacional. El segundo es el de la eficacia. Es notorio que el Mercosur de 4 ha tenido 
        problemas, por momentos serios, para traducir en hechos sus compromisos 
        de integración. Se ha identificado a su insuficiencia institucional 
        como una de las razones de su relativa ineficacia. ¿Podrá 
        un Mercosur de 5 mejorar la calidad de sus procesos de creación 
        normativa y por ende, la de sus reglas de juego? ¿Podrá 
        desarrollar, como se ha reiterado en la Cumbre de Córdoba, instrumentos 
        para perfeccionar la unión aduanera, pero también para profundizar 
        la transformación productiva conjunta y encarar asimetrías 
        que afectan especialmente a Paraguay y a Uruguay?  Y el tercer plano es el de la atractividad. No tiene necesariamente que 
        ver con la atracción de nuevos socios. Pero sí con evitar 
        fuerzas centrífugas que se reflejan en expresiones tales como así 
        el Mercosur no nos sirve Para ello deberá demostrar, en base al 
        impulso político recibido, capacidad de profundizar compromisos 
        asumidos.  El dilema del Mercosur es, en síntesis, el que ha caracterizado 
        por años la integración de América Latina: el saber 
        vincular la dimensión política con la económica y 
        comercial, y el poder traducir voluntad y retórica con hechos concretos 
        que generen entre los países socios solidaridades de hecho - en 
        la expresión de Jean Monnet - en todos los planos, incluyendo por 
        cierto los flujos de comercio e inversión, pero también 
        el desarrollo de redes regionales de integración física, 
        energética, cultural y social. 
 (1) Su texto es similar al incluido en otros Acuerdos de Complementación 
      Económica celebrados entre países miembros de la ALADI, como 
      por ejemplo el ACE 14 firmado entre Argentina y Brasil (1990), aún 
      vigente. Pero contiene dos agregados que no se encuentran en otros acuerdos 
      de la ALADI. Uno es el que prevé que ningún país podría 
      solicitar su adhesión antes de cinco años de entrada en vigencia 
      el Tratado de Asunción. La segunda es la excepción al respecto, 
      para países miembros de la ALADI que no pertenezcan a un esquema 
      de integración subregional o de asociación extrarregional. 
      Era el caso de Chile, país que desde que se iniciaron las negociaciones 
      que conducirían al Mercosur fue considerado como un candidato natural 
      a ser miembro pleno. La razón aparente de que no lo fuera, fue la 
      diferencia en las políticas arancelarias externas. Quizás 
      hubo otras razones más políticas.
  (2) Ver su texto en www.mercosur.int. El instrumento que formaliza la 
        adhesión de Venezuela requiere ser aprobado por los respectivos 
        Congresos, incluso porque introduce por un período de transición, 
        derechos y obligaciones diferentes para Venezuela con respecto a los asumidos 
        por los socios originarios, especialmente en relación al instrumento 
        de la unión aduanera. En todo caso, no se prevén demoras 
        o dificultades excesivas en la ratificación del Protocolo por los 
        socios fundacionales del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). 
        En todo caso, es posible que en ninguno el proceso de aprobación 
        por los Parlamentos sea tan rápido como lo fue en Venezuela. Su 
        Asamblea Nacional lo aprobó pocos días después de 
        la firma (ver 
        documento) y la ratificación se publicó 
        el 19 de julio.  (3) La hipótesis de que algún socio del Mercosur celebre 
        individualmente un acuerdo comercial e, incluso de libre comercio (TLC) 
        con los EEUU, no debe descartarse, especialmente en el caso del Uruguay. 
        Brasil celebró recientemente un acuerdo comercial entre su Ministerio 
        de Desenvolvimento y el Departamento de Comercio de los EEUU (ver, www.mre.gov.br 
        y www.commerce.gov). (4) Hay por lo menos tres posibilidades: que todo siga como hasta ahora 
        (negociación de hecho estancada); que la UE capte la importancia 
        política de consolidar el núcleo duro del Mercosur - el 
        de 4 - antes que se produzcan todos los efectos del ingreso de Venezuela 
        y que, por lo tanto, acelere con imaginación la actual negociación 
        a fin de concluirla pronto - es algo factible -, y que, la UE termine 
        haciendo un acuerdo bilateral con el Brasil - también es factible 
        - (el viaje del Presidente Durán Barroso a Brasilia en el mes de 
        junio, puede ser una señal en tal dirección - ver el comunicado 
        conjunto en www.mre.gov.br) 
        .  (5) Es una red de unas veinte grandes ciudades cada vez más vinculadas 
        entre sí, situadas entre Belo Horizonte, Sao Paulo y Río 
        de Janeiro, al norte y hacia el sur Montevideo, Asunción, Buenos 
        Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza, Santiago de Chile y Valparaiso. (6) Ver al respecto el artículo del autor "Los grandes objetivos 
        del MERCOSUR (Zona de libre comercio, Unión aduanera y Mercado 
        común): Elementos para apreciar progresos alcanzados en los primeros 
        quince años del Mercosur como proceso voluntario de integración 
        comercial y económica" (www.fpena.fundacionbankboston.edu.ar 
        y www.memorial.sp.gov.br). 
        (7) Sobre una opinión que existe en relación al Mercosur 
        en el Uruguay, ver el discurso del Ministro de Economía, Danilo 
        Astori, el pasado 9 de agosto (www.presidencia.gub.uy). Un artículo 
        reciente parece reflejar la opinión de un sector del empresariado 
        del Brasil (revista Examen, 27 de julio 2006, con el siguiente título 
        y subtítulo: "10 razões para enterrar o Mercosul. Com 
        show de demagogia, bravatas antiamericanas e nenhum resultado prático, 
        reunião de Córdoba provou que o bloco é cada vez 
        mais obra de ficção"). |