| Esperanza, confianza e imaginación, son cualidades que se combinan 
        y destacan en los irlandeses. Fue John F. Kennedy  un miembro ilustre 
        de la Diáspora - quien lo señaló cuando habló 
        en la Cámara de Representantes en 1963 en ocasión de su 
        visita a Irlanda. Son cualidades que se respiraban en el ambiente rico de ideas y propuestas 
        que caracterizó el reciente Foro Económico Global Irlandés, 
        realizado en Farmleigh, Dublín, el pasado mes de septiembre. Irlanda ha sido muy golpeada por los efectos de la actual crisis global 
        sobre su economía y, en particular, sobre su sistema financiero. 
        Pero el debate interno sobre cómo navegar hacia el futuro está 
        marcado por las mencionadas cualidades. Saben que sólo con agenda 
        positiva, voluntad e innovación se puede salir adelante. Ello requiere, 
        por lo demás, imaginación para adaptarse a nuevas realidades 
        y para aprovechar las oportunidades que ellas siempre brindan, en la medida 
        que se sepa identificarlas. Muchos descendientes de irlandeses que en 
        su momento tuvieron que emigrar dispersándose en el mundo, a veces 
        en más que difíciles condiciones, quizás reconocíamos 
        en tal actitud asertiva algo inscripto en nuestros códigos genéticos, 
        casi un rasgo esencial de nuestras raíces e identidad.
 Conectar los millones de irlandeses que hoy viven en Irlanda y en múltiples 
        países ha sido una idea central que resultó de este Foro. 
        ¿Conectarlos para qué? Para generar una red de ganancias 
        mutuas que permita aprovechar la riqueza de experiencias y de visiones 
        que pueden aportar hoy quienes están insertos en ambientes muy 
        diversos. Los irlandeses de Irlanda  con su fuerte vínculo, 
        a la vez, con Europa y con el mundo; con su capacidad y orgullo de haber 
        generado un éxito económico que ahora procuran renovar; 
        con su interés de insertarse en una comunidad global con la que 
        comparten sangre, cualidades y visiones  y los descendientes de 
        irlandeses dispersos en el mundo  con sus muy distintas trayectorias 
        caracterizadas por una formidable capacidad de adaptación a diferentes 
        circunstancias y vivencias nacionales; con sus experiencias de mestizaje 
        que no han diluido ni inhibido su orgullo de ser irlandeses; con su protagonismo 
        relevante en múltiples escenarios políticos, empresarios, 
        culturales  en la medida que expliciten sus vínculos y su 
        voluntad de trabajar juntos, cada cual en función de sus propias 
        agendas de vida, pueden constituir una fuerza valiosa en un mundo que 
        a la vez que se globaliza tiende a ser cada vez más ávido 
        de conciliar lo diferente, de mezclar lo positivo que todos podemos aportar. En mi perspectiva  y cada uno tendrá que apreciar su posible 
        protagonismo en la red que conecte la diáspora irlandesa en el 
        mundo  tres son por lo menos algunas de las múltiples líneas 
        de acción que pueden vincular a los descendientes de irlandeses 
        que viven en la Argentina con los del resto del mundo y muy en especial, 
        con los de Irlanda. Una es la conexión entre la inteligencia competitiva 
        que resulta del conocimiento de nuestras propias experiencias regionales 
         por ejemplo, la de la Argentina en América del Sur y la 
        de Irlanda en Europa, en ambos casos con apertura al mundo y a las enormes 
        oportunidades que brinda la globalización económica y cultural 
        -. Otra tiene que ver con las necesidades crecientes de atender la demanda 
        mundial de alimentos inteligentes y verdes, esto es, que incorporen valor 
        agregado intelectual y criterios sólidos de calidad ambiental. 
        El potencial que existe al respecto entre la Argentina e Irlanda es enorme. 
        Y la tercera es el aprovechamiento de las oportunidades que resultan de 
        la necesidad de atender las demandas de salud y de calidad de vida de 
        poblaciones que cada vez más viven muchos años. Compartir 
        emprendimientos basados en la calidad de los servicios médicos 
        y de salud y en las demandas originadas en el relativo envejecimiento 
        de nuestras poblaciones, es un frente de trabajo conjunto que hay que 
        desarrollar con proyectos concretos. El encuentro de Farmleigh ha sido un puntapié inicial de una idea 
        valiosa y con fuerte proyección hacia el futuro. Los descendientes 
        de irlandeses que vivimos en la Argentina debemos ahora reflexionar en 
        conjunto sobre cómo tener una participación activa en la 
        red global irlandesa y sobre cómo aprovecharla. |